¿Qué es la suspensión activa?
La suspensión activa comprende todos los sistemas necesarios para gestionar y controlar de forma independiente la amortiguación en cada una de las ruedas de forma que estas consigan el óptimo contacto con el suelo y con ello, la mejora en la estabilidad y adherencia del vehículo independientemente de las condiciones del piso por el que esté circulando.
Varios sensores situados a lo largo del vehículo (en las ruedas, amortiguadores, sensores giroscópicos) miden los movimientos que realizan el vehículo y envían los datos a una centralita. En función de los parámetros, la centralita envía las órdenes de forma independiente a cada uno de los amortiguadores que en la suspensión activa llevan sistemas neumáticos o hidráulicos en su interior. Estos son los que se encargan de variar la dureza del amortiguador.
Una gran mejora respecto a los sistemas convencionales
El primer vehículo comercial que incorporaba un sistema de suspensión activa fue precisamente el Citroën Xantia Activa aunque en este caso, el sistema estaba compuesto por dos cilindros hidráulicos que impedían el movimiento libre de la barra estabilizadora. Se activaba cuando la carrocería se inclinaba por encima de los 0,3 grados y no permitía que sobrepasasen los 0,5 grados de inclinación. El sistema conseguía un aumento de la adherencia en curva de forma que llegaba a alcanzar 1,2 G de aceleración lateral frente a los 0,9 G máximos que soportaba el Citroën Xantia normal.
En la actualidad muchos vehículos de alta gama y deportivos incorporan sistemas de suspensión activa aunque funcionan de forma magnética en muchos casos: virutas metálicas situadas en el interior de los amortiguadores hidráulicos cambian su orientación en función del campo magnético que les rodea. Dependiendo de la fuerza de este campo magnético, controlado por una centralita como en el anterior caso, los amortiguadores se endurecen o ablandan de forma independiente permitiendo a cada rueda mantener el máximo contacto sobre la carretera.
El principal problema de los sistemas de suspensión activa es su elevado coste de fabricación, que encarece el precio final del vehículo.
Fuente: circulaseguro.com
