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5 mitos sobre el alcohol y conducir

5 mitos sobre el alcohol y conducirHabrás oído alguna vez aquello de “por dos copas no pasa nada”, “yo conduzco mejor después de tomarme una cerveza” o el típico “yo controlo”. Pues bien, además de ser afirmaciones peligrosas, no tienen nada que ver con la realidad.

El alcohol es incompatible con la conducción. Reduce tus reflejos y tu capacidad de reacción, pero además, hace que pierdas la percepción de la realidad y que no seas capaz de calcular correctamente las distancias (entre otras cosas). De hecho, beber alcohol antes de conducir es una acción responsable de gran cantidad de accidentes en nuestro país.

Entre los efectos del alcohol también se encuentra el exceso de confianza. Por eso, habrás escuchado alguna vez alguno de estos falsos mitos: “No pasa nada por tomar un par de copas, yo controlo”; “Unas cervezas no hacen daño a nadie, y además voy aquí al lado”, y así, muchos conductores irresponsables se ponen al volante después de haber bebido alcohol. Pues bien, este acto temerario, se desmonta por su propio peso.

Desmontando cinco falsos mitos del alcohol

Además de los falsos mitos, hay que desterrar, los “trucos” que utilizan algunos para no dar positivo en un control de Tráfico y tratar de evitar las sanciones por alcoholemia: véase dormir un rato antes de ponerse al volante, tomar un café, hacer ejercicio, beber leche, o mascar chicle por poner cinco ejemplos. Lo importante pese a todo no es la multa por dar positivo –e incluso la posibilidad de cárcel-, lo verdaderamente importante son las vidas que se ponen en peligro innecesariamente por conducir bajo los efectos del alcohol.

La medicina nos dice que el único método que funciona para bajar la tasa de alcoholemia es dejar pasar tiempo desde la última copa. Para un adulto de complexión media, una dosis de 10 ml de alcohol (equivalente a un combinado, una copa de vino o dos cervezas) tarda en metabolizarse, de media hora a una hora. Pero esto es relativo, pues hay muchos factores que influyen en la tasa de alcoholemia que presentará cada persona. Éstos son algunos:

- El grado de alcohol de cada bebida.

- La corpulencia o peso de la persona. Normalmente, a menos peso, los efectos negativos del alcohol en el organismo son mayores.

- La alimentación. La cantidad de alcohol en sangre es más elevada cuando la toma se hace en ayunas, y/o cuando se bebe rápidamente.

- El sexo. Las mujeres por norma general, alcanzan niveles más elevados de alcohol que los varones a igual peso corporal y cantidad de alcohol tomada. Por otro lado, hay personas más sensibles al alcohol que otras.

- El hábito o costumbre en la toma de alcohol. La persona que bebe habitualmente en pequeñas cantidades tarda más tiempo en sobrepasar el límite que la persona que no suele beber.

- Las circunstancias del momento. La fatiga, emotividad, angustia del conductor...aumentan los efectos del alcohol.

El riesgo de sufrir un accidente habiendo consumido alcohol aumenta exponencialmente a medida que aumenta su concentración en sangre:

- Con 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre (gr/l) se duplica el riesgo de accidente.

- Con 0.8 gr/l se aumenta 4 veces el riesgo de sufrir un accidente.

- Con 1.6 gr/l se aumenta 16 veces el riesgo de sufrir un accidente.

Fuente: motor.mapfre.es